En plena Calle La Cámara, unas de las principales de la ciudad, la familia Maqua mandó construir su residencia, el Palacio de Maqua en Avilés entre los siglos XIX y XX. Se trata de un edificio moderno de tres plantas, que seguía los gustos burgueses de la época, con algunos detalles de arquitectura gótica.
La parte exterior destaca por su alero y sus elegantes miradores con motivos góticos. El interior, en cambio, está distribuido en torno a un patio rodeado de galerías con un excelente trabajo de marquetería en los pisos más altos. El último, recibió una curiosa y trabajada decoración floral.
El Palacio de Maqua en Avilés se ha rehabilitado en dos ocasiones, en 1983 y 1997, y se le declaró Bien de Interés Cultural en 1991.