Subiendo por la Plaza Domingo Álvarez Acebal, llegamos hasta lo que era el Palacio de Balsera, un edificio de principios del siglo XX que pertenecía a la burguesía avilesina de entonces. El palacio fue construido para Victoriano Fernández Balsera, el cual se enriqueció gracias a los beneficios generados por la neutralidad de España en la Primera Guerra Mundial.
En la década de los 80, el Ayuntamiento de Avilés lo adquirió para convertirlo en el Conservatorio, en donde, actualmente se imparten enseñanzas de grado profesional. Se trata de un edificio que se ha restaurado recientemente, y tiene una fachada muy llamativa y cargada de ornamentación, además el palacio está coronado por una vistosa torre.
Este vistoso edificio se restauró recientemente, en él se aprecia el resalte de ornamentación del palacio. En el interior se encuentra una elegante escalera que se va abriendo en forma de uve hasta el primer piso, y también destaca su bóveda de cristal emplomado. El mirador de la torre y sus azoteas son un lugar perfecto para disfrutar de sus vistas.